La familia se valora poniendo en su justa dimensión a cada integrante, porque hay unos que no son muy agradables, y hay otros que son sumamente queridos. La mejor forma de darnos cuenta de esto, es cuando alguien se nos adelanta y nos falta, porque la ausencia del ser querido provoca valorar de manera más su paso en la vida de quien le extraña.
Valorar a cada integrante de nuestra familia, sin preferencias, con igualdad, teniendo el amor y el aprecio como el punto de partida es importante.
Generalmente son padres, hermanos y hermanas, los que integran el primer círculo familiar, y que suele ser poco valorado por el tiempo que pasan juntos, por el trato diario asumimos que siempre estarán con nosotros y eso hace que no les demos la importancia que merecen, el exceso de confianza a veces hace caer en que no necesitan expresiones de cariño.
Es importante considerar que, pese a todos los errores y aciertos de la familia, se debe valorar en cada momento, porque nunca se sabe cuándo dejaran de estar juntos, así que cada día debiera ser especial.
En cuanto a los tíos, primos, abuelos, tener una buena relación con todos nuestros familiares sería lo ideal, pero sabemos que muchas veces esto no es posible que se dé. Para estos casos, cuando la relación es mediana o altamente conflictiva, lo mejor es mantener al pariente en cuestión a una distancia razonable. Cuando se trate de una relación de respeto, lo mejor es mantenerla así y seguirla fomentando, porque uno nunca se sabe cuándo se necesitará de ellos.
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NO LO OLVIDES
Se debe valorar a la familia del circulo inmediato por el hecho de pertenecer a ese primer orden, nadie elige a su familia, pero si se puede elegir sobrellevar la situación.